Parque Nacional de Carara

El Parque Nacional Carara se encuentra a unos 90 km de San José, tiene la particularidad de ser la zona de transición entre el bosque seco del Pacífico norte con la selva lluviosa del Pacífico sur. El rio Tárcoles está dentro de sus límites, el cual es muy conocido en Costa Rica por sus cocodrilos. De camino al parque hay un puente que pasa sobre el río Tárcoles en la carretera y es famosos porque muchos cocodrilos descansan a la sombra del puente por lo que el puente suele estar lleno de curiosos viendo a los cocodrilos.

Como volvimos en el coche de Jonathan y Dina(ahora unos bueno amigos que conocimos en la visita guiada), paramos en el puente para ver a los cocodrilos. Bien, más o menos así se ve a cada lado del puente.

Aunque, como están descansando, practicamente no se mueven, cuando lo hacen son un poco violentos.

Lo mejor cuando vas a un parque, si quieres ver animales, es contratar a un guía experto que sabe los sonidos que hacen, donde y como encontrarlos y sus costumbres. Si hubiéramos optado por dar una vuelta nosotros solos, no hubieramos visto la variedad de fauna que vimos.

El guarda del parque, un tipo muy majo que nos aconsejó contratar la visita guiada y nos guardo las mochilas que venían llenas porque habíamos pasado el día anterior en Jacó, nos dijó que el guía llegaría como en una hora así que hicimos tiempo dando una vuelta por uno de los senderos del parque y claro, no vimos nada más aparte de una selva muy bonita.

Una vez llegó el guía empezamos a hacer el tour de verdad. Nos sacó de los senderos normales y nos metió dentro de la selva.

Lo primero que nos llevó a ver fue una familia de monos cara blanca en un árbol un poco alejado del sendero habitual.

Debajo de un tronco encontró una Rana venenosa. La cogió con la palma de la mano que no tiene poros para que pueda entrar el veneno que despide la piel de esta rana.

El guía nos llevo a ver un nido de guacamayos rojos, el principal reclamo de este parque.

En nuestro camino vimos bastantes animales como esta iguana asomando de un árbol. También vimos perezosos a lo lejos en los árboles pero estaban demasiado lejos para fotografiarlos.

El parque de Carara posee una gran variedad de aves. No estoy muy puesto en aves así que no sé decir que ave es esta.

A la sombra de un árbol dos murciélagos vampiros esperaban a la noche y descansaban del abrasante calor.

El guía nos acercó al río Tárcoles para ver la diversidad de fauna que se congregaba a su alrededor.

Este cocodrilo estaba a solo uno 1o metros de nosotros, en la otra orilla del río.

Un Basilisco camuflándose con la rama del árbol al lado de nosotros. Los basiliscos también son conocidos como "Jesucristos" por ser los únicos animales capaces de caminar sobre el agua.



He encontrado este video en youtube para que lo veais en acción.

Más variedad de aves a orillas del río Tárcoles.

Este área fue tradicionalmente ocupada por indígenas autóctonos entre el año 300 a.c. y el 1500 d.c. Lo que hay en la imagen es una de las tumbas que han sido saqueadas y excavadas ya que la gente creía que albergaban oro o joyas pero realmente guardaban otros tesoros en forma de tinajas y cerámica que han sido en su mayoría destruidos al creer los saqueadores que carecían de valor.

A esta tumba nos llevó el guía para mostrarnos lo que habían hecho los saqueadores y nos pasó un trozo pequeñísimo de cerámica que sacó de entre unas hojas. Eramos 6 personas las que estábamos con el guía y el pasó el trocito de cerámica al primero de nosotros y empezó a contar toda la historia de los indígenas que vivieron en esas tierras. Yo estaba colocado el último en fila así que el trocito llegó hasta mi y yo no tenía a quien más pasarselo y me estorbaba en las manos ya que prefería seguir haciendo fotos del paisaje así que lo tiré a mis pies, a un suelo llenos de miles de hojas del mismo color del trozo de cerámica que se habían caido de los árboles de alrededor(todo esto mientras que el guía seguía contando la historia), no se porque no lo tiré más lejos. Hice algunas fotos más y, unos 5 minutos más tarde, él terminó la historia diciendo: "...y por eso todo lo que hay aquí es sagrado y no debemos alterar e orden en el que están las cosas, así que darme el trozo de cerámica". Mi cara en ese momento fue de libro. Me puse blanco y dije: "...Ah! lo he dejado aquí a mis pies para hacer algunas fotos"(obviamente daba el trozo por perdido y no sabía ni como explicar que pensaba que no tenía valor, era enano!). Así que todos nos pusimos a buscar como locos entre las hojas del suelo y menos mal que Ana lo encontró al cabo de 2 minutos. Casi me da algo!!! Por eso se merece la última foto de este post: