Al principio nos pasó como siempre, nos perseguían los niños por el pueblo ofreciéndonos hoteles donde ir para ganarse algo de comisión y después de un viaje tan largo estábamos un poco cansados de todo y de todos. Pero después fuimos al Johnny's Place, que habíamos leido que era uno de los mejores sitios para dormir en el pueblo, y la pena fué que no había sitio aunque el recepcionista se portó tan bien con nosotros que nos recomendó otro sitio y claro, una vez instalados en el otro sitio fuimos a cenar y a tomarnos unos licuados al Johnny's Place.
Por 7 quetzales(menos de 1€) tenías un vaso enorme de fruta licuada. Creo que nos tomamos 2 ó 3 de esos, jeje. Además, después del duro viaje, ese momento fué el mejor del día, relajados, tomándonos unos licuados con la playa y el sonido del mar al fondo.
Una vez llegaron Irene, Pablo y Rodolfo no fuimos a tomar algo en el único sitio que había abierto en el pueblo.
Esa misma noche Ana y yo contratamos un tour por la reserva narutal para ver amanecer(para lo cual nos tuvimos que levantar a las 5.30 am). Mereció la pena por ver amanecer ya que fué precioso, pero no vimos ni un cuarto de las aves que prometían en el tour.
Otra foto del amanecer desde el rio de los manglares.
Y una última, la verdad es que fué un momento casi mágico, en silencio, solo con el sonido de las aves alrededor, viendo poco a poco salir el sol.
Pescadores dentro del rio. Monterrico siempre ha sido un pueblo de pescadores aunque el recien llegado turismo está cambiando un poco sus costumbres.
Detalle del rio en una zona de pesca.
Ana con unos mangles detrás.
Una garza entre los mangles.
Unos mangles reflejados en el agua.
Otro pescador practicando otro tipo de pesca, esta vez del camarón.
Ana con una de las tiendas de Monterrico detrás. La mayoría de tiendas en Guatemala tienen este aspecto, pintadas con vivos colores en forma de reclamo.
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